EMuchas veces los alumnos no ponen atención a los programas de asignatura, ya que al comenzar un período, reciben varios varios de ellos. Creo que sería muy bueno tomarse unos minutos para mostrarle a los alumnos los puntos más importantes de esta planificación y, de esta forma, comprendan cuál es el resultado al que deben llegar.
Recuerdo a mi profesora preferida en mi disciplina (Inglés), Andreé Froese Kirch. La vi varias veces revisando el programa de la asignatura, mostrándonos a dónde teníamos que llegar. Siempre estaba motivándolos al decirnos qué seríamos capaces de hacer al final del curso. Suena tan trivial, pero era tal la forma en que se expresaba, que uno dudaba si era posible lograr tanto. Finalmente siempre lográbamos lo que ella nos prometía, por supuesto, siguiendo los pasos necesarios: mucho estudio y compromiso con la disciplina.
Es tan necesario mostrar los objetivos a nuestros alumnos, a modo de que cada paso, les guste más o menos, lo vean como una etapa para lograr algo gigante al final del camino.
Creo que es muy importante, además, aclarar a los alumnos cuáles son las aplicaciones de la asignatura en el desempeño de la disciplina; de esta forma, se agrega un nuevo valor.
La aclaración de expectativas es un paso que se debe repetir muchas veces, no necesariamente leyendo el prontuario una y otra vez, pero si recordando a los alumnos cuál es la meta. Al comienzo de cada clase DEBEMOS indicar a nuestros alumnos qué es lo que van a aprender, y qué serán capaces de hacer. ¡Qué significativa es una clase cuando un alumno se da cuenta de lo que podría haber perdido, de no haber asistido!
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