De acuerdo al texto "Enfoques del estudiante hacia el aprendizaje", reflexiono:
Durante toda mi enseñanza secundaria seguí el mismo patrón: Enfoque superficial en las asignaturas humanistas, y un enfoque profundo en las asignaturas científicas. Pasaba todas las asignaturas, pero las humanistas con notas suficientes, y las científicas con notas excelentes, tanto así que me destaqué por sobre todos mis compañeros en ellas. Era tan drástica la diferencia que muchas veces se habló conmigo respecto a ese comportamiento. Pero lo que sucedía, y lo expresé así, es que nunca me mostraron las posibles aplicaciones de las asignaturas humanistas a mi vida. Felizmente, me encanta la literatura y por ello tengo buena ortografía y redacción (creo). Pero no puedo recordar nada que haya aprendido en las asignaturas de Castellano o Historia, por ejemplo, lo que es muy lamentable. Afortunadamente en la Universidad sí entendí la importancia de estas asignaturas, y actualmente me desarrollo en una carrera totalmente humanista (Pedagogía en Inglés) pero, sin traicionar mi lado lógico, amo la Gramática.
De acuerdo al ejemplo de mi propia vida, creo que uno de los factores que sirven de base en el enfoque de un estudiante hacia el aprendizaje es, justamente, la visión de aplicación de lo aprendido. Como decía en la discusión anterior, creo que es tan importante que todo lo que enseñemos a nuestros estudiantes Universitarios se baje al contexto de aplicación para que, al ver la utilidad del contenido, el alumno se motive a aprender.
Creo, sinceramente, que muchas veces se incentiva un enfoque más superficial. Esto es debido a que nos asusta que nuestros alumnos arrojen malas calificaciones, como si eso quisiera decir que nosotros fallamos al enseñar. Sabemos que en cursos impartidos por excelentes profesores, también reprueban algunos. Pero aún así nos responsabilizamos por el aprendizaje del alumno, cuando muchas veces tiene que ver con un proceso individual en el que no podemos intervenir. Cuando tenemos ese tipo de pensamiento, tendemos a enseñar a los alumnos lo justo y necesario, y repasarlo si es posible para que obtengan una mejor calificación. Muchas veces, nosotros mismos condicionamos a nuestros alumnos a tener este enfoque superficial donde el objetivo no es aprender, sino memorizar y obtener finalmente una buena calificación. Probablemente debemos buscar nuevos instrumentos evaluativos.